Fronteras de tensión en el surponiente de la Alameda Central, Centro Histórico de la Ciudad de México
enero 5, 2021Expresiones y conflictos en las prácticas socioculturales del Arte público. Un recorrido por el espacio público del Centro Histórico de la Ciudad de México.
enero 5, 2021Santa Fe, un recorrido entre lo público y lo privado
Las calles bulliciosas
Caminamos por las banquetas estrechas y entramos al tianguis por la esquina de las calles de Pino y Pólvora donde nos sentamos en el puesto de tamales y atole de Josefina, originaria de Tacubaya y habitante del pueblo. Nos cuenta que tiene más de tres décadas trabajando día a día, en esa esquina, justo ahí frente a Liconsa que desde los años ochenta del siglo veinte le brindó apoyo cuando se repartían los lugares para el tianguis y para la venta en la calle del comercio popular. Josefina habla de la falta de espacios públicos de convivencia, comunicación y recreación. Al preguntarle ¿qué podría mejorar en este pueblo? responde,
Nos hace falta un parque para que la gente salga a caminar, porque no tenemos un parque, no tenemos centro recreativo…para nosotras las mujeres decir “voy a leer este libro” y que lo escuche la compañera para decirle de qué se trata…Bueno, haría falta un teatro, donde den ideas de cómo crecer, no hay recreación, no tenemos donde caminar, donde correr donde andar en bicicleta, a donde ir a leer un libro. Está el de la Mexicana, pero nos queda muy lejos, o nos queda peligroso ya que ahorita la delincuencia está al cien (Entrevista10-ago-2018).
Josefina se mueve en la ciudad por su trabajo local, cuenta que vive y trabaja en el poniente, pero se mueve por el sur y centro de la ciudad donde compra la materia prima para su negocio. Va “adelante de Xochimilco que es Milpa Alta, o en La Merced…hasta allá tengo que ir porque tengo que buscar precios, porque por aquí me sale más caro”. Está vinculada a algunas actividades que brindan los dos centros comunitarios existentes en el pueblo, creados y auspiciados por universidades privadas, que han destinado predios de acceso controlado a usos sociales. En su testimonio enfatiza la carencia de alternativas culturales y de espacios de sociabilidad para mujeres y jóvenes. Afirma que se ha incrementado la delincuencia lo que afecta más a los jóvenes, particularmente a las mujeres, así como a niños y niñas, ante lo que destaca que “las chicas ya no pueden salir tan fácilmente, y los chicos menos...” Las barrancas son percibidas como los lugares más inseguros, para ella y otras personas del lugar con las que conversamos. Al hablar de los efectos del macro-proyecto Santa Fe con relación a su trabajo y al acceso a servicios públicos, considera que “además del aumento del tráfico del que todo el mundo se queja, bajó la cantidad de agua, ya no es la misma presión, pero sí hay. No nos falta, es poquita, pero sí hay, sí tenemos”. En la experiencia de Josefina, el desarrollo del proyecto ha beneficiado a su negocio, al aumentar la cantidad de personas que van a comprar tamales y atole o le encargan para llevar a alguna oficina. Su puesto es un referente no solo para la comunidad local, sino también para personas que trabajan en el corporativo. En los bordes de esta parte del pueblo se observa vivienda social plurifamiliar en conjuntos departamentales.
Caminamos por las calles Pueblo Nuevo, Loma Chica, Tamarindo, Pistache, Predio Barranquilla y Tecoalco que bajan y suben, de banquetas estrechas e irregulares, donde se extienden viviendas unifamiliares, con fachadas de distintos colores, en predios pequeños de dos y hasta tres niveles, frente a la calle, algunos con locales comerciales en la parte baja: misceláneas y papelerías. En esta ruta de regreso a la avenida Vasco de Quiroga donde observamos que la movilidad peatonal del medio día se intensifica abriéndose paso entre autobuses, autos y motos que circulan a vuelta de rueda en los dos sentidos del arroyo vehicular, mostrando su dominio en la circulación retando al peatón que se atreve a cruzar. Subimos al autobús en dirección a Lomas de Santa Fe, alcaldía Cuajimalpa. Dejando el pueblo atrás con su bullicio, pasamos por la Glorieta Vasco de Quiroga la primera frontera real y simbólica entre un lugar y el otro, entre dos realidades urbanas próximas geográficamente y muy lejanas socialmente.
La calle silenciosa
El entorno del “Centro de Ciudad Santa Fe” nos despliega un poderoso paisaje silencioso de rascacielos que se levantan del piso hacia el cielo imponiendo su presencia frente a las amplias avenidas que estructuran el complejo para el predominio de la circulación rápida del automóvil, con un peatón ocasional llegando a cafeterías y comercios en la parte baja de algunos edificios. Observamos el edificio de Televisa (1998) y bordeando la Alameda Poniente, la Universidad Iberoamericana y el centro comercial Patio Santa Fe (2011) edificado en 2011 más de ciento treinta locales comerciales al interior. La avenida Vasco de Quiroga paralela a la carretera México-Toluca prolongación Reforma cruza el complejo pasando por edificios emblemáticos como son el edificio Calakmul (La Lavadora), el Hotel Sheraton, Pasaje Santa Fe (1994), Centro Comercial Santa Fe.
Parque La Mexicana
A la altura de Sam’s Club, bajamos del autobús en la terminal mirando a los pasajeros que se dispersan rápidamente a sus lugares de destino. Cruzamos el puente peatonal (2014) para llegar a una de las dos entradas del Parque La Mexicana. En el umbral un policía privado se aproxima al grupo, nos saluda y pregunta si es la primera visita. Menciona las reglas de uso del lugar, escritas y expuestas en la entrada: se pueden tomar fotografías sin personas, a menos de que estén de acuerdo y la basura debe ponerse en los botes para conservar limpio el lugar, pasear a los perros con correa, usar casco, entre otras. La cuidadosa planeación nos dice Itziar,
no es una casualidad…al interior del parque hay un bunker, entonces está muy cuidado, la gente viene a correr desde las 5 de la mañana, el horario del parque es de 5 de la mañana a 10 de la noche y hay corredores, hay chicas, chavitas, solas y mamás con carriolas, que eso te muestra mucho la sensación de seguridad.[3]
El Parque La Mexicana es resultado de la participación y resistencia vecinal de ciudadanos integrantes de la Asociación de Colonos ZEDEC Santa Fe, A.C. Se estima una inversión aproximada de 2 mil millones de pesos provenientes de las inmobiliarias y desarrolladoras Dhanos y Copri. Al caminar por una de las veredas, se observa la amplitud y orden de los elementos del paisaje de veintiocho hectáreas de extensión, tres veces la de la Alameda Central. En la parte más alta observamos el escenario de áreas verdes, los casi dos mil árboles aun pequeños para dar sombra, el lago artificial con un nivel de agua de medio metro que tiene abajo una cisterna de 24 mil metros cúbicos de aguapara recuperación del agua pluvial de casi de 10 metros de profundidad.[4] El puente y el efecto visual que produce al usuario, el mobiliario, el trabajo continuo del personal de mantenimiento y limpieza, las áreas comerciales, el perfil arquitectónico que despliega el cúmulo de grandes edificios que rodean al parque, brindando a la mirada la estética del paisaje.[1]Investigadora Titular del Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México.
[2]Javier Sánchez, coordinador de actividades de vinculación del proyecto comunitario “Casa Meneses” de la Universidad Iberoamericana. La Universidad Iberoamericana inauguró el 10 de octubre del 2011 un centro comunitario en el pueblo de Santa Fe con el nombre de Casa Ernesto Meneses. La Casa fue concebida como un espacio de encuentro con y para la comunidad.
[3]Entrevista informal con Itziar de Luisa, Presidenta de la Asociación de Colonos de Santa Fe (2018)
[4]Ibid, 2018.