Santa Fe, un recorrido entre lo público y lo privado
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enero 6, 2021Expresiones y conflictos en las prácticas socioculturales del Arte público. Un recorrido por el espacio público del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Paulina V. Pulido[1]
Este recorrido forma parte de una investigación doctoral más amplia, donde el tema principal son las prácticas socio-culturales ligadas al Arte Público Participativo y su relación con la construcción del espacio público en la Ciudad de México. El objetivo general del recorrido, y con base al proyecto anteriormente mencionado fue el de observar y describir la espacialización de los usos y prácticas socio-culturales y artísticas.
La mirada se enfoca tanto en lo que ocurre en el espacio público, como en los elementos que dan sentido de lugar, así como de advertir los tipos de conflictos que se han suscitado con referencia a los cambios en usos, apropiaciones y en las prácticas socio-culturales que se desarrollan en el espacio público. Específicamente interesan los cambios derivados de los proyectos de remodelación urbana en el espacio público del Centro Histórico de la Ciudad de México.
La selección de los lugares del recorrido fue con base en el trabajo de campo previamente realizado, así como en el trabajo de gestión y vinculación con proyectos de Arte Público, desde lo institucional hasta lo comunitario. Durante el recorrido se hicieron entrevistas semi-estructuradas a los actores principales que han participado o participan en algunas prácticas socio-culturales realizadas en los siguientes lugares seleccionados:
- Atrio de San Francisco, espacio donde se han llevado a cabo intervenciones de Arte público.
- Plaza San Juan, donde se instala el proyecto comunitario de Arte público “Centro Cultural Sobre Ruedas”.
- La Ciudadela, donde se llevó a cabo el proyecto institucional de Arte público “Me sobra barrio” del Centro de la Imagen y prácticas socio culturales vinculadas con el baile.
- La Alameda, particularmente el Laboratorio Arte Alameda, donde se realizó el proyecto de Arte público “Tianguis del conocimiento”.
El centro histórico de la Ciudad de México tiene una identidad cultural arraigada en sus habitantes, consecuencia de su gran riqueza histórica y arquitectónica. Cuenta con una amplia gama de oferta cultural, es un espacio vivo donde aún se perciben actividades de comercio local, de encuentro, de juego y de recreación en sus calles y espacios públicos.
También es un reflejo de una época cultural de rupturas, un espacio de contrastes, de estilos, usos y de memoria, donde se mezcla el pasado con el presente. Un presente donde se vislumbra la entrada de la ciudad neoliberal, donde comienza a evidenciarse en el repunte de la construcción inmobiliaria, en los cambios de su fisionomía, en los cambios de usos y apropiaciones, y en el encarecimiento de los inmuebles.
En ese sentido podemos pensar en el caso del Atrio de San Francisco, primera parada del recorrido. Es un espacio que es gestionado por la Fundación del Centro Histórico, organismo dependiente de la Fundación Carlos Slim. A pesar de ser un espacio abierto al público, puede decirse que es un espacio más privado que público ya que existe un acceso controlado todo el tiempo y toda la programación de la oferta cultural es gestionada por dicha fundación. Tal es el caso de la intervención “Bajo Techo” realizada por el colectivo Mapa en colaboración con la Asociación Civil Isla Urbana. Al respecto Alejandro Reynaud, miembro del colectivo Mapa, comentó:
…el financiamiento del proyecto fue por parte de la Fundación del Centro Histórico, son ellos quienes nos invitan y quienes pagan el proyecto. Este proyecto en particular es por invitación, es el tercer año que se hace así, creo que al principio era concurso, pero ahora más bien lo hacen por invitación.
En su discurso se percibió una visión más del tipo institucional y a pesar de que mencionó que existe una cierta pedagogía en la intervención no hizo mención de algún tipo de vinculación con los habitantes de la zona, ni con las personas que frecuentan éste lugar.
La disputa por el espacio público se hizo evidente en la segunda parada del recorrido, Plaza San Juan, un lugar emblemático en el Centro Histórico de la ciudad. Al llegar a la plaza pudimos percatarnos de varias estructuras metálicas alrededor de toda la plaza, un tipo de estructuras para comercio informal. Al preguntar a algunas personas que se encontraban trabajando en sus puestos de periódicos o de comida, nos comentaron que eran estructuras que la alcaldía Cuauhtémoc había instalado para reubicar a los comerciantes del Mercado de Artesanías San Juan. Este Mercado sufrió daños durante el terremoto del 2017. Nos comentaron que existía resistencia por parte de los locatarios por miedo a quedarse sin su lugar de trabajo y ser desplazados por otro tipo de comercio. Finalmente los comerciantes se establecieron en los puestos metálicos sin embargo provocaron la molestia de los vecinos al considerar que afectaban la imagen urbana y el libre tránsito, así como del Proyecto de Arte público Centro Cultural sobre ruedas. El proyecto es un dispositivo móvil de actividades culturales y artísticas, gestionado por un grupo de vecinos del barrio de San Juan, financiado con recursos del presupuesto participativo.
El 25 de julio del 2020 se reinauguró el Mercado de artesanías, pero se le cambió el nombre a “Mercado San Juan curiosidades”. Si pensamos que el mercado es un lugar que anteriormente se distinguía por la venta de artesanías y objetos de arte popular de todos los estados del país, valdría la pena cuestionar el cambio de nombre y considerar si se tomó en cuenta la opinión de los comerciantes artesanos así como de los habitantes del barrio.
Una comunidad con mucha tradición y que en palabras de María López Sánchez, miembro de la comunidad danzonera:
…en la Ciudadela todos somos hermanos del danzón y nos queremos, nos respetamos y es una familia.
El sentido de pertenencia que genera la apropiación del espacio público a través de las prácticas socio-culturales y artísticas es sumamente importante para la construcción de un espacio público incluyente, un espacio social de derechos.
Durante el recorrido se caminó alrededor y dentro de la Ciudadela, observando el uso y apropiación del lugar a través de prácticas socio-culturales, como el baile, así como prácticas que le dan al lugar un sentido de encuentro y dialogo. Se pudo notar que existe una comunidad grande de personas que se reúnen en la plaza para bailar danzón, compartir alimentos e historias.
Se realizó una entrevista a Amalia Ospino, artista visual, comunicóloga y participante de la edición 2018 del programa de Arte público “Me sobra barrio” del Centro de la Imagen. La entrevista con Amalia fue muy conmovedora, en el sentido que nos platicó como fue trabajar colaborativamente con la comunidad de danzoneros y lo que significó para ella que estas personas le compartieran sus experiencias de vida y su relación con éste lugar. Al preguntarle ¿por qué los danzoneros? y ¿que representa su actividad sociocultural en el espacio público?, Amalia respondió:
...yo quería vincularme a algún grupo ciudadano que este organizado de alguna forma y me interesaba, me llamaba mucho la atención esta actividad en particular, porque siento que el baile y la apropiación del espacio de esta forma especifica, es lúdica, propositiva y no esta atravesada de forma como principal por el capitalismo.
En un momento estuvimos inmersos en este espacio de música, baile y convivencia. Afortunadamente pudimos realizar entrevistas a tres miembros de la comunidad de danzoneros. Gracias a estas entrevistas pudimos tener una mirada diferente a la institucional, una mirada desde la comunidad y de cómo han construido y resistido a través de los años, debido a su unión y organización para apropiarse de éste lugar.
En este lugar se realizaron dos entrevistas; una fue con la encargada de los servicios educativos Leslie García y la otra con la curadora del primer proyecto de arte público Gemma Argüello. Ambas nos platicaron de sus experiencia en éste programa y de las dificultades que la institución ha tenido para vincularse con la gente que habita la Alameda. Sin embargo a través de experimentos sociales e intervenciones artísticas siguen buscan un acercamiento con las comunidades.
En el Centro Histórico de la Ciudad de México la visión de la ciudad neoliberal ha enfatizado la mercantilización del arte y la cultura, la cual pudimos verla reflejada en espacios como el Atrio de San Francisco y La Alameda, sin embargo, existen organizaciones sociales y comunitarias como: la comunidad danzonera en La Ciudadela o La Organización vecinal del Barrio de San Juan, que construyen espacios de participación, resistencia y apropiación del espacio público a través de prácticas socio-culturales y artísticas. Por otra parte, a pesar de que algunas Instituciones públicas y privadas utilizan programas de Arte Público para legitimarse y con fines políticos, algunas veces (Caso Ciudadela y programa del Centro de la Imagen “Me sobra barrio”) la vinculación entre estas y las organizaciones sociales y/o comunitarias han servido para la visibilización de problemáticas que suceden en el espacio público y han fortalecido el esfuerzo por parte de las organizaciones sociales en incrementar el carácter social, lúdico y de identidad del espacio público.
Mapa: Un recorrido por el espacio público del Centro Histórico de la CDMX, del Atrio de San Francisco a la Alameda.
[1]Doctorante en el Posgrado en Urbanismo, UNAM. Profesora de Asignatura “A” en la Facultad de Artes y Diseño, UNAM.