Representaciones, imaginarios laborales y espacios de trabajo en la producción del espacio de la Ciudad de México
octubre 8, 2020Ciudadanía, espacio público y conflicto urbano. Las zonas de desarrollo económico y social en la Ciudad de México
noviembre 8, 2020El propósito del recorrido fue observar las transformaciones urbanas y arquitectónicas que han venido ocurriendo en la colonia Portales a partir del cambio de ocupación de los predios particularmente de casas unifamiliares y que hoy son predios con construcciones plurifamiliares. También fue muy importante observar y escuchar de viva voz de algunos vecinos los cambios en los modos de habitar, la recomposición social, las prácticas sociales y los usos del lugar que con el tiempo han cambiado.
Visitamos algunos de los predios que sufrieron derrumbes en el sismo del 19 de septiembre de 2017, algunos de ellos se encontraban en retiro de escombros y otros ya listos para ser demolidos. También visitamos otros predios donde se han construido edificios de vivienda plurifamiliar que han sido demandados por múltiples irregularidades.
Comenzamos el recorrido en una de las glorietas características de la Portalesen el cruce de Canarias y Nevado en la colonia Portales Sur, a las 9:45 hrs. del sábado 17 de Noviembre de 2018[2]. A las 10:15am dimos inicio al recorrido desde el predio Nevado 108, lugar emblemático para los vecinos, puesto que ese lugar estuvo en disputa durante largo tiempo, antes de que demolieran una casa tradicional. En ese lugar arbolado se reunían los vecinos para las celebraciones comunes desde los orígenes de la colonia, de ahí su valor simbólico en la memoria colectiva de los vecinos. Su petición consistió en dejar la casa y hacer un centro comunitario para actividades vecinales, mismas que realizaban ellos de manera cotidiana. Se ha convertido en un lugar de encuentros sociales, donde compartían e intercambiaban productos locales y llevaban a cabo diversas celebraciones. No se logró conservar la casa y hoy hay construido un edificio de departamentos. Sin embargo la Delegación realizó una intervención urbana en el cruce de calles y hoy existe una glorieta con bancas, vegetación y cruce seguro.
El recorrido estuvo dirigido por la Sra. María de los Ángeles, vecina de la Portales e integrante de la Asociación “Recuperando a Portales A.C”, quien fue describiendo la composición original de los predios y como habían sido sus vivencias desde niña en esas calles. En la primera esquina tuvimos la fortuna de encontrarnos a un vecino originario de la colonia, Don Paco (Francisco Castillo), quien llamado por María de los Ángeles, nos platicó cómo fue su vida de niño y de joven en la colonia, nos contó también, que quienes la conformaron inicialmente fueron militares y que las casas eran de madera. Algo que resaltó fue la cantidad de árboles que existían, los chopos, además de la posibilidad que tuvieron como niños de jugar en las calles de tierra.
Ese café representa el potencial local del lugar, puesto que es un lugar en donde se identifican y se encuentran diferentes generaciones de forma cotidiana. Quien lo atiende es un joven chef, cuya familia vive hace más de 30 años en la colonia y en un pedazo del predio construyeron el local del café Bambuca. Lugares como este café han empezado a surgir en la colonia y han sido bien recibidos por los viejos y nuevos habitantes.
Teníamos una señora que nos auxiliaba en las cosas de la casa, pero se le enferma la mamá y se tiene que ir, entonces prácticamente quedamos solas mi hermana y yo. Mi cuñada, que vive en la parte de atrás de la casa, tiene su casa pero en la parte de atrás, tiene su hija, ella y mi sobrino, entonces también ellos estaban siempre encima de uno. Recuerdo como que no me dejaron ni un minuto, pero este… pues sí. Y a parte los vecinos, a los que les agradezco que ya son viejos como uno, pues un día me caí en el baño, yo no me acuerdo, vino el vecino, que es un muchacho joven, me levantó, me dejó en mi cama. Yo dije “pues gracias a Dios que tengo buenos vecinos”. Yo puedo decir que son muy buenos vecinos y aunque no todos somos de la misma edad.
También resaltaron los elementos negativos en los que coinciden las entrevistadas, como son, la cantidad de construcciones nuevas, la no existencia de áreas verdes, mucha basura y aumento de la delincuencia. Sin embargo sienten un ambiente vecinal de cuidado y seguridad, siguen queriendo mucho a su colonia y están dispuestas a trabajar por ella. Así lo expresa la señora María de los Ángeles:
Yo creo que de 5 años a la fecha hemos visto un boom terriblemente de construcciones, de falta de seguridad, cosa que no teníamos, acumulación de basura, tenemos… no tenemos áreas verdes, a excepción de este jardincito que tenemos aquí al lado y el que está sobre Calzada de Tlalpan, pero en sí la colonia no tiene áreas verdes. Desde Zapata a Circuito interior a Calzada de Tlalpan y División del Norte no hay áreas verdes. Desafortunadamente, con la construcción de tantos edificios adiós árboles, tanto en la banqueta como al interior de los predios. Esta colonia se caracterizaba porque tenía muchos jardines, muchos pájaros, aves migratorias que venían, como las golondrinas, por ejemplo y todo eso ha ido desapareciendo desafortunadamente. Chopos, que esta era una colonia que se caracterizaba por tener chopos, al abrir ejes viales también desaparecieron, básicamente[4].
Continuamos con el recorrido y visitamos dos espacios públicos colectivos, uno fue el parque que se encuentra en el cruce del Eje 8 con la calzada de Tlalpan. Ese era un espacio residual y que los vecinos junto con alumnos de la Facultad de Arquitectura de la UNAM habían desarrollado un proyecto de huerto urbano y se había presentado a la Delegación Benito Juárez. No se realizó ese proyecto pero sí se tomó en cuenta la idea de retomar este espacio y convertirlo en espacio público para la ciudad. Hoy es un parque con juegos para niños y un parque para perros.Es importante la mirada multidimensional, a la ciudad neoliberal en la aplicación de las políticas urbanas, a los derechos urbanos pensados desde la identidad local que le da carácter a la colonia, mismos que se ven vulnerados por la proliferación de construcciones ajenas a las dinámicas sociales cotidianas y el espacio público como tejedor de la vida urbana en el espacio local.
Al bajar la mirada y la ponemos horizontal empezamos a encontrar una calle distinta a la Portales de algunos años atrás. La relación ventana, banqueta y árbol se está convirtiendo en muro, vegetación pegada al muro y banqueta. Empiezan a desaparecer elementos arquitectónicos que articulen la relación con la calle, que vincule social y espacialmente a quien transita. Esto produce una sensación de inseguridad y de aislamiento en los peatones. Sin embargo estos cambios se complementan con la vitalidad que ofrece el comercio en las plantas bajas de las viviendas y locales tradicionales, el tránsito de transporte público, hace de las calles y los cruces, como lugares que ofrecen no solo servicios sino la vida urbana a escala humana.
La apertura de una esquina con un café que se vuelca hacia la calle en frente de un edificio nuevo cuyos balcones participan desde el interior de los departamentos de la vida de la calle. Esto evidencia las cualidades urbanas de la colonia, con la cual, con distintos lenguajes arquitectónicos y una mezcla de prácticas sociales, se podrá ir tejiendo sentidos de identidad entre los habitantes, los que llegan, los que pasan y los que están. Los locales tradicionales se van adaptando a los nuevos modos de habitar cuando el espacio privado es limitado y el encuentro en el espacio público y común se convierte en una extensión de lo privado y singular.
En este sentido nos encontramos por lo menos dos posiciones, las que sólo promueven el crecimiento con un afán de explotar la posibilidad de tierra en territorio central y las que contribuyen al desarrollo potenciando las posibilidades de habitabilidad y valorando las cualidades urbanas, sociales y ambientales de la colonia Portales.