El libro: de la palabra dicha a la palabra inscrita
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mayo 4, 2023El cuidado infantil como parte de la seguridad laboral de mujeres trabajadoras en Ciudad Juárez.
Janeth Adriana Mendoza Guzmán[1]
Durante el año 2018 se realizó la Encuesta sobre Prácticas Espaciales y Movilidad Urbana (EPEyMU) con el objetivo de generar y sistematizar los conocimientos situados (Haraway, 1991), que son la forma en que se privilegia la perspectiva -parcial- que se tiene sobre la realidad en que viven las y los sujetos, por lo que el propósito fue identificar la mirada que tienen del contexto urbano las mujeres trabajadoras de maquila en Ciudad Juárez. Esto formó parte de la estrategia metodológica con fundamento en epistemologías feministas de mi investigación denominada Enclaustro urbano y ciudad rizoma: la movilidad urbana de las trabajadoras de maquiladora en Ciudad Juárez. El resto de la metodología de este estudio fueron entrevistas semiestructuradas con énfasis en incidentes críticos (Flanagan, 1954), que en conjunto permitieron la construcción de experiencias de vida.
Para el caso de las mujeres trabajadoras se identificó que el cuidado infantil hace parte de la seguridad que requieren para salir a laborar fuera de sus hogares. La EPEyMU evidenció que en esta región industrializada las mujeres y sus menores a cargo, no ejercen el derecho a la ciudad y viven en el enclaustro. Por ello, en esta nota se resalta la situación de la infancia en el ambiente urbano de la Heroica Ciudad Juárez.
En esta metrópoli fronteriza existen diferentes tipos de servicios de cuidado infantil, los cuales se han ido incrementando a partir de la década de 2000, como son las guarderías del IMSS, ordinarias y subrogadas, Casas de Cuidado Diario, Centros de Bienestar Infantil y guarderías privadas, entre otros. Aunado a ello, el 52.6% de la población de mujeres que respondieron la encuesta reportó que no hay necesidad para la utilización de estos servicios; el 10.5% comenta sí haber hecho uso de ellos alguna vez, en tanto que solo el 1.8% refiere que no los utilizó por no haber contado con un medio de transporte. Esto delimitó el supuesto inicial de la investigación en la que se enuncia que el desuso de estos servicios era condicionado por el sistema de transporte público de la ciudad.
Por otra parte, en varios comentarios registrados se identificó el tema de la desconfianza hacia los servicios que se ofertan en la ciudad y, aunque el instrumento no fue construido para la sistematización de esta información, en las entrevistas se sustenta esta percepción:
[…] yo te voy a ser muy sincera, porque no sólo soy directora, soy mamá también de guardería y yo que he estado en varias guarderías en varios niveles […] Muchas mamás que no usan el servicio de guardería en mi opinión, muy personal, siento que es por temor, por todo lo que pasa y todo lo que se habla de las guarderías. Porque “en las guarderías los maltratan” […] “al niño la maestra le pegó” o “el niño la mordida” o “el niño que se cayó” o “el niño que falleció” (Directora de guardería IMSS, entrevista, diciembre 2017).
Es significativo observar que la respuesta sobre que no hay necesidad de una guardería, se debe a que, para el cuidado de las y los niños, se buscaba quién se hiciera cargo del cuidado de estos, lo cual es una necesidad que estas mujeres no hacen visible. Para resolver el cuidado se identifica el papel de las abuelas cuidadoras, o el uso de estrategias como trabajos a contra turno entre padres y madres, lo que significa que las familias buscan horarios para trabajar por las mañanas, tardes y noches de tal forma que el cuidado de las y los menores quede cubierto el mayor tiempo posible, pero en casa y en presencia de los responsables directos de ello, como lo es mamá y papá:
[…] la mamá está en primer turno y el papá en segundo turno, el papá se lleva a los niños en el camión y luego hacen intercambio ya depende de donde se pongan de acuerdo, en la cafetería o lo que sea y ya la mamá se regresa con los niños a la casa (Coordinadora de servicios de transporte de personal, entrevista, abril 2018).
Aquí cabe destacar cómo la cuestión del género marca las actividades cotidianas del cuidado de los hijos e hijas, y los horarios laborales. Por las mañanas las madres trabajan y los padres por la tarde noche, debido a que desde las experiencias de vida, la noche, la obscuridad y los puntos ciegos son más peligrosos para las mujeres, y en esta cultura patriarcal los varones tienen la obligación no sólo de ser proveedores sino también de ser valientes y protectores de sus familias,
[…] Así mi mamá también […] mi mamá siempre trabajaba y ya en la noche cuando llegaba “¿hija qué hicieron?” ‒ps nada‒ porque yo también trabajaba en el tercero y esperaba que llegará pa’ poderme ir yo a trabajar […] entonces nos echamos la mano, pero es una vida muy a la carrera, yo hoy si me ponía a meditar y dejaba a mi hija encerrada pa’ irme a trabajar y sí entraba a la una y salía a las siete de la mañana y es una vida muy pesada (Bertha, 14 de septiembre de 2017).
Estas prácticas evidencian la falta de confianza y de la no necesidad de servicios de cuidado infantil. En un pensamiento más profundo cabe cuestionar si existe alguna forma de promocionar los servicios de manera diferenciada en donde permee la confianza de en dónde está más segura la infancia. Los servicios de cuidado infantil tienen como objetivo aportar a la comunidad una solución para el cuidado de las y los niños, mientras las familias trabajan, sin embargo, también hay que considerar los lugares donde reciben atención adecuada y que cuenten con las condiciones para un desarrollo óptimo. Por lo que, es apremiante exigir la profesionalización del sector de cuidadoras quienes actualmente solo cuentan con educación básica y no tienen preparación técnica o profesional para el cuidado de la primera infancia. Mientras esto no cambie, esa diferencia no llegará, y los niños y niñas, al menos en la primera infancia continuarán enclaustrados en sus viviendas o en el transporte especial de las maquilas de la ciudad, como es evidente en la experiencia de las mujeres en la ciudad “[…] Cuando estaban chiquitos yo me los llevaba […] en el camión especial y él se los traía” (Mónica, entrevista, 14 de noviembre de 2017).
La propuesta de incrementar la cultura del cuidado infantil requiere de la profesionalización de estos servicios, que contemplen la constitución de academias de promoción a la salud, educación y derechos de menores de edad, incluido el disfrute de la ciudad. En tanto continúe la necesidad del cuidado profesional de las poblaciones de infantes, mientras las familias trabajan, el problema de la falta de aprovechamiento de los servicios de cuidados continuará; repercutiendo en la falta de disfrute del derecho a la ciudad, ligado a la falta de seguridad y con el mundo laboral precario de las familias de esta región fronteriza.
Referencias
Flanagan, J. (1954). The critical incident technique. Vol. 51, No. 4. United Estates: American Institute for Research and University of Pittsburgh.
Haraway, D. (1991). Ciencia, ciborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Gráficas Rógar, S.A.
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