Parte II. Definición y clasificación en la NOM sobre Espacios públicos
mayo 30, 2022Construcción de Ciudadanía en la Ciudad de México
septiembre 19, 2022El territorio nacional es extenso y diverso. Se encuentra habitado por sociedades locales que se han adaptado a él, estas lo utilizan, modifican, explotan, disfrutan y padecen. El sistema dominante de reproducción de la sociedad actual ha zonificado, tematizado y segmentado esta compleja socio geografía. Repensar las categorías y clasificaciones que presenta la Norma en materia de espacios públicos, permitiría su fortalecimiento y podría convertirla en un importante instrumento ciudadano y que pueda ser utilizado para generar un impacto positivo en la calidad de vida y en la transformación del sentido en el que usamos, miramos y diseñamos los espacios públicos.
En la línea de las dos notas urbanas anteriores y derivado de la clasificación de espacios públicos que la NOM establece a partir de su función. Ésta denomina y describe 15 tipos de espacios.
En la línea de las dos notas urbanas anteriores y derivado de la clasificación de espacios públicos que la NOM establece a partir de su función. Ésta denomina y describe 15 tipos de espacios.
Función | Tipo |
---|---|
Áreas verdes urbanas | 1 Parque 2 Jardín 3 Huerto |
Espacios duros | 4 Plaza 5 Espacio deportivo 6 Mirador 7 Espacio abierto en el equipamiento |
Frentes de agua(lagos, ríos o mares) | 8 Muelle o embarcadero 9 Malecón |
Vías urbanas o calles | 10 Vía o calle peatonal 11 Vía ciclista exclusiva |
Áreas naturales | 12 Designados dentro de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) 13 Bordes de los frentes de agua: 14 Riberas 15 Playas |
Esta última consideración es importante dada la tendencia a la privatización de playas, muelles y malecones, por parte del sector turístico y por la exclusión de uso a través del consumo, la utilización y aprovechamiento del mobiliario, del equipamiento y de la infraestructura pública instalada. Los cuales en México deben ser siempre de aprovechamiento colectivo, acceso generalizado y libre tránsito.
En diversos espacios de discusión y bajo la mirada de distintas áreas del conocimiento en lo ambiental, social y urbano, desde hace algunos años se ha señalado -como problemática-, la inclusión dentro de la categoría de “espacios públicos” de aquellos espacios designados dentro de las ANP de acuerdo con lo que establece la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA). Ya que si bien, se trata de lugares con posibilidad de albergar usos públicos, algunos de los inconvenientes para su inclusión como espacios públicos se genera por su localización en suelo de conservación y por encontrarse fuera del suelo urbano, lugar donde se ubican los asentamientos humanos. Estas condiciones implican traslados de largas distancias y la existencia de bordes que dificultan el acceso, ya que a menudo no existen sistemas de movilidad peatonal, ciclista o rutas de transporte público para llegar. Por lo tanto, la inversión de tiempo y recursos en traslados, así como la realización de actividades recreativas o deportivas especializadas, restringe y limita su uso próximo y cotidiano en la vida urbana, convirtiéndolos en lugares de excepción y visitas temporales.
En esta misma línea, se hace referencia a la distorsión que implica la cuantificación de dichos espacios dentro de las ANP, a menudo extensos y periféricos, como parte de los metros cuadrados de espacio público y áreas verdes disponibles para el uso de la población en los asentamientos humanos. En vista de que estos se encuentran fuera de las trazas urbanas y no forman parte de la zonificación secundaria o usos de suelo destinados a equipamientos, servicios o infraestructura para la recreación, el esparcimiento, el deporte o la provisión de servicios ambientales dentro de los mismos. El resultado de esta división entre el número de habitantes y los m2 de espacios públicos y áreas verdes suele asociarse a índices de calidad de vida urbana, mismos que las ciudades promueven para demostrar que los habitantes tienen acceso adecuado a una proporción mayor a la real, en términos de calidad, cantidad, distribución, escalas, accesibilidad y proximidad. Lo cual incide directamente en el bienestar de la gente.
En diversos espacios de discusión y bajo la mirada de distintas áreas del conocimiento en lo ambiental, social y urbano, desde hace algunos años se ha señalado -como problemática-, la inclusión dentro de la categoría de “espacios públicos” de aquellos espacios designados dentro de las ANP de acuerdo con lo que establece la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA). Ya que si bien, se trata de lugares con posibilidad de albergar usos públicos, algunos de los inconvenientes para su inclusión como espacios públicos se genera por su localización en suelo de conservación y por encontrarse fuera del suelo urbano, lugar donde se ubican los asentamientos humanos. Estas condiciones implican traslados de largas distancias y la existencia de bordes que dificultan el acceso, ya que a menudo no existen sistemas de movilidad peatonal, ciclista o rutas de transporte público para llegar. Por lo tanto, la inversión de tiempo y recursos en traslados, así como la realización de actividades recreativas o deportivas especializadas, restringe y limita su uso próximo y cotidiano en la vida urbana, convirtiéndolos en lugares de excepción y visitas temporales.
En esta misma línea, se hace referencia a la distorsión que implica la cuantificación de dichos espacios dentro de las ANP, a menudo extensos y periféricos, como parte de los metros cuadrados de espacio público y áreas verdes disponibles para el uso de la población en los asentamientos humanos. En vista de que estos se encuentran fuera de las trazas urbanas y no forman parte de la zonificación secundaria o usos de suelo destinados a equipamientos, servicios o infraestructura para la recreación, el esparcimiento, el deporte o la provisión de servicios ambientales dentro de los mismos. El resultado de esta división entre el número de habitantes y los m2 de espacios públicos y áreas verdes suele asociarse a índices de calidad de vida urbana, mismos que las ciudades promueven para demostrar que los habitantes tienen acceso adecuado a una proporción mayor a la real, en términos de calidad, cantidad, distribución, escalas, accesibilidad y proximidad. Lo cual incide directamente en el bienestar de la gente.
En cuanto a la terminología de los componentes de los espacios públicos, la NOM identifica 4 grandes grupos
Tabla 2. Componentes de los espacios públicos
Grupo | Componente |
---|---|
Naturales | Barranca, cerro, valle, topografía, cuerpo de agua y vegetación |
Construidos | Andador, arriate, bahía vehicular, banqueta o acera, bici estacionamientos, cobertizo, estacionamiento público, faja separadora, camellón o mediana, foro al aire libre, fuente, kiosco tradicional, módulo de vigilancia, monumento, puente, rampa, sanitario o baño, superficie háptica, señal táctil, trota pista |
Sobrepuestos o móviles | Alarma sonora, alcorque, altavoz, aparato de ejercicio, asta bandera, banca, barandal, basurero, bebedero, bolardo, buzón, cajete, caseta telefónica, cerca o reja, dosel, escultura, estela, estribo, juego infantil, luminaria, macetero o jardinera, máquina interactiva, mobiliario publicitario, modulo o kiosko comercial, pabellón, parada de transporte público, parasol, parquímetro, parrilla o asador, sistema de videovigilancia |
Intangibles o de zonificación | Área deportiva, de ejercicio, infantil, para perros, espacio cultural y sendero peatonal |
Los componentes naturales, que definen las características físicas de los lugares mantienen inconsistencias de clasificación, ya que los elementos descritos son parte de la topografía y no se menciona el ciclo del agua ni el clima (temperatura, humedad, precipitación, vientos, asoleamiento). El análisis de estos componentes es fundamental para mejorar las condiciones ambientales, evaluar el destino, uso o tiempo de permanencia y costos de mantenimiento de los espacios. Estos factores, deberían determinar las estrategias de adecuación para proveer de adecuados parámetros de confort urbano ambiental para el hábitat humano en los espacios públicos de las diversas geografías nacionales.
Las agendas urbano ambientales del mundo, se alinean para evitar los efectos provocados por el cambio climático, tales como el efecto isla de calor o la presencia de fenómenos naturales cada vez menos extraordinarios que ponen en riesgo a la población (tormentas, huracanes, deslaves, inundaciones), y donde los espacios públicos podrían jugar un papel central. Al implementar políticas ambientales, proyectos y acciones de infraestructura verde para el manejo adecuado del agua (captación, almacenamiento, separación o infiltración pluvial), la provisión de sombras y humedad relativa o el aumento o disminución de vientos entre otros.
La agrupación de esta serie de componentes bajo las categorías que plantea la NOM, representa una confusión, ya que estos se integran sin rigor alguno. Confunden y mezclan elementos de infraestructura, equipamiento o usos de suelo. Los elementos de uso y bienes públicos se consideran en categorías similares a los elementos privados y de consumo. En este sentido, se hace necesaria la revisión de estos contenidos para mejorar el instrumento y que pueda convertirse en una herramienta consistente en la planeación, el mejoramiento de nuestras ciudades y de la calidad de vida de sus habitantes.
Las agendas urbano ambientales del mundo, se alinean para evitar los efectos provocados por el cambio climático, tales como el efecto isla de calor o la presencia de fenómenos naturales cada vez menos extraordinarios que ponen en riesgo a la población (tormentas, huracanes, deslaves, inundaciones), y donde los espacios públicos podrían jugar un papel central. Al implementar políticas ambientales, proyectos y acciones de infraestructura verde para el manejo adecuado del agua (captación, almacenamiento, separación o infiltración pluvial), la provisión de sombras y humedad relativa o el aumento o disminución de vientos entre otros.
La agrupación de esta serie de componentes bajo las categorías que plantea la NOM, representa una confusión, ya que estos se integran sin rigor alguno. Confunden y mezclan elementos de infraestructura, equipamiento o usos de suelo. Los elementos de uso y bienes públicos se consideran en categorías similares a los elementos privados y de consumo. En este sentido, se hace necesaria la revisión de estos contenidos para mejorar el instrumento y que pueda convertirse en una herramienta consistente en la planeación, el mejoramiento de nuestras ciudades y de la calidad de vida de sus habitantes.