Una de las cosas que se debe de resaltar es que la ciudad de Campeche tiene espacios caminables, disfrutables, que invitan a usar y permanecer en ellos, lo cual posibilita el encuentro entre los ciudadanos, la convivencia cara a cara, sin embargo desde el inicio de la pandemia se ha visto al espacio público como un lugar en donde se puede propagar el virus, espacios de “peligro”, la lectura por parte de las autoridades campechanas han sido a la inversa de lo que establece ONU Habitat, en donde se ve al espacio público como parte de la respuesta ante la pandemia “(…) tanto para limitar la propagación del virus como para proporcionar formas en que las personas continúen su vida en la nueva normalidad” (ONU Habitat, 2020).

En este mismo sentido ONU Habitat (2020) destaca la importancia que tienen los espacios públicos para reducir el estrés, mejorar la salud mental y contribuir con el desarrollo de los niños. Entonces, en lugar de cerrar los espacios públicos en la ciudad, se deben de abrir, y pensar en recuperar otros, construir más o diseñar o rediseñar, mediante el urbanismo táctico que se enfoca en hacer urbanismo a partir de procesos participativos y colaborativos, con poca inversión económica, intervenciones sencillas que mejoren los espacios.

Uno de los principales desafíos actualmente para las ciudades es la gestión del espacio público, este debe jugar un papel central en los tiempos de pandemia y postpandemia, porque son los espacios más seguros, en donde hay menos riesgos para el contagio, se debe de trabajar en mejorar su accesibilidad, propiciar que las personas salgan y se reapropien de sus espacios aquellos que dejaron debido al confinamiento, por otro lado el uso y la permanencia en los espacios públicos ayudará no sólo en el ámbito social sino también en la reactivación económica.