Cuidados, género y ciudad en la gestión de la vida cotidiana
abril 8, 2020Una mirada al Movimiento Feminista en México en 2020
abril 8, 2020El 8 de marzo las mujeres tomamos las calles para exigir el respeto a nuestros derechos. Detrás de las consignas que gritamos sobre Av. Juárez y 5 de Mayo al unísono: “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”; “aborto sí, aborto no, eso lo decido yo” y “hay que abortar este sistema patriarcal”, hay exigencias concretas. Las mujeres tomamos las calles para exigir que nos dejen de violentar, agredir y asesinar por el simple hecho de ser mujeres. Tomamos las calles para exigir el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos y que el Estado asuma la responsabilidad que tiene de garantizar abortos seguros, legales y gratuitos. Tomamos las calles para derrumbar un sistema social, cultural y político el cual descansa en la explotación de las mujeres. Exigimos el fin de las relaciones patriarcales, las cuales sufrimos en el trabajo doméstico, el trabajo remunerado, en la violencia machista, en la forma cómo ejercemos nuestra sexualidad y la forma en la que ocupamos el espacio público.
El 8 de marzo las calles fueron nuestras. No tuvimos miedo en tomarlas, no tuvimos miedo al gritar, no tuvimos miedo en salir con paso firme a exigir nuestros derechos. Las calles fueron de las mujeres afromexicanas e indígenas, quienes nos recordaron que el feminismo será anti-racista o no será. Las calles fueron de los movimientos de trabajadoras feministas, quienes remarcaron que el feminismo debe cambiar el sistema económico si queremos acabar con la explotación laboral de millones de mujeres. Las calles fueron de las mujeres ambientalistas, quienes afirmaron que ni el cuerpo de la mujer, ni la tierra son territorios de conquista. Ellas nos recordaron que si queremos seguir habitando este planeta, nuestro objetivo no es alcanzar el mismo nivel de consumo de recursos que el hombre occidental, sino que tenemos que transformar nuestros modelos de consumo y acabar con la explotación de la naturaleza. Esto me hizo reafirmar que el feminismo debe ser interseccional si queremos terminar con el patriarcado. Hoy las calles fueron de las que muchas veces no tienen una voz en medios tradicionales. En los canales de noticias, en los periódicos, en las universidades, en las mesas de debates. Esas voces que constantemente ignoramos al formular nuestras exigencias. Es fundamental que entendamos que sin todas estas voces, el feminismo es un movimiento vacío.
No quiero olvidar nunca este día. En mi lista de recuerdos, el 8 de marzo siempre será el día que salí a las calles y me sentí cuidada y acogida, me sentí protegida por mis amigas, me sentí cómplice de miles de mujeres que, con profunda rabia pero sin rendirnos, reclamamos una vida libre de violencia, libre de roles de género impuestos por una sociedad machista. Fue el día en que pude salir a la calle sintiéndome libre y no valiente, caminando al lado de todas ellas. Gracias hermanas por caminar a mi lado, por inyectarme la energía necesaria para continuar esta lucha que a veces nos parece agotadora e imposible.
El 8 de marzo la calle fue de todas, salimos sin miedo a exigir a gritos nuestros derechos. Como leí en muchas pancartas: nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio.
[1] Abogada Ambientalista
No quiero olvidar nunca este día. En mi lista de recuerdos, el 8 de marzo siempre será el día que salí a las calles y me sentí cuidada y acogida, me sentí protegida por mis amigas, me sentí cómplice de miles de mujeres que, con profunda rabia pero sin rendirnos, reclamamos una vida libre de violencia, libre de roles de género impuestos por una sociedad machista. Fue el día en que pude salir a la calle sintiéndome libre y no valiente, caminando al lado de todas ellas. Gracias hermanas por caminar a mi lado, por inyectarme la energía necesaria para continuar esta lucha que a veces nos parece agotadora e imposible.
El 8 de marzo la calle fue de todas, salimos sin miedo a exigir a gritos nuestros derechos. Como leí en muchas pancartas: nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio.
[1] Abogada Ambientalista