II Coloquio Internacional: Ciudades. Espacios públicos en conflicto. Género, juventudes y ciudadanías
febrero 3, 2022Coloquio: La ciudad en tiempos neoliberales. Miradas, experiencias y resistencias
febrero 3, 2022De la vida cotidiana I: La perspectiva urbanística de la crónica de Carlos Monsiváis
Mónica Olmedo[1]
El análisis y la descripción de la vida urbana cotidiana ha sido recurrente en los estudios urbanos a lo largo de la historia de la sociología urbana, de igual manera, diversos cronistas han escrito numerosas páginas sobre dicho aspecto de la ciudad. Sin embargo, se trata de una noción que adquiere importancia trascendental y características peculiares en el contexto actual de las ciudades modernas y entonces en las crónicas urbanas contemporáneas. Las crónicas del escritor mexicano Carlos Monsiváis considero son icónicas al respecto por al menos dos razones que intentaré elaborar en el texto, ya que es inevitable preguntarse recurrentemente, ¿qué diría Monsiváis de lo que pasa en nuestras ciudades? En particular en la Ciudad de México.
La primera razón es sobre la importancia que le da a la vida cotidiana en sus crónicas y la manera de narrar los diferentes procesos urbanos sociales en el espacio de la ciudad. Y segundo, considero que varias de sus crónicas son interesantes ejemplos de la reivindicación de la vida cotidiana, urbana, pública, democrática, y que cuestiona a través de sus narraciones a la planeación y muchas de las tendencias mainstream del urbanismo contemporáneo, al acercarse, de manera extraordinaria al entramado social vinculado al espacio urbano, social, y público, que se desarrolla de manera peculiar y muchas veces disociados de la ciudad modernizada, homogénea, segregada, y planeada en base a la idea del desarrollo económico, el orden y el progreso.
Uno de los aspectos principales de discusión en los estudios urbanos se da alrededor de preguntas sobre cómo se forma y cómo describir las ciudades, y su relación con el orden social. ¿Dónde y cuándo se inicia el urbanismo y el estudio de las ciudades? ¿Qué organización social dio lugar a tal o cuál ciudad o asentamiento? ¿Cuáles han sido sus transformaciones a través del tiempo? ¿Qué le da tal o cual forma y características? Para ello se ha recurrido a los diversos estudios que exploran los procesos de formación urbana, la morfología y la historia de la ciudad; y que se refleja en muchas de las descripciones e imágenes que se han escrito sobre las ciudades. Sin embargo, a la par de dichas explicaciones y referencias de la ciudad y sus aspectos históricos y temporales encontramos otras preguntas y otros enunciados y perspectivas, que otros urbanistas, literatos, sociólogos, etc. se han planteado a partir de las transformaciones sociales, culturales y políticas de las ciudades y el impacto que han tenido en la condición humana contemporánea: como son el interés por el espacio urbano cotidiano como elemento importante de explicación de los procesos urbanos y sus habitantes.
Por ejemplo, se dice que las ciudades surgen por razones de defensa, de contención, con fines económicos de comercio y de intercambio, producto de los flujos financieros, como centros de la cultura urbana que se han modificado en los momentos pre-industriales, industriales, y post-industriales de la ciudad, pero queremos enfatizar en contraste con esto que sobre todo se trata de lugares y de su producción social y política constante. Y la crónica urbana es la que más se acerca a dicho contraste. ¿Cómo el espacio de la ciudad se produce? Tim Hall (2006) menciona que es “a través de combinaciones particulares de carisma y contexto”: pero urbanistas, planeadores y políticos quizás les den forma a las ciudades, pero no en absoluta libertad, también existen procesos socio-políticos constantes que le dan forma al paisaje urbano.
A la par de ideas predominantes en el espacio, las imágenes descritas de edificios iconográficos como evidencias de poder, los símbolos de la autoridad estatal o de los flujos financieros internacionales o la celebración de formas de producción y consumo. Otro aspecto recurrente de los estudios urbanos tradicionales es ¿Cómo se organizan las ciudades y cuál es su orden? El diseño de la ciudad moderna de la postguerra se ha conformado de manera muy ambivalente, y donde la ciudad y su afán por el orden genera todos sus contrarios como: el desorden, la falta de libertad, la desigualdad y el deterioro de lo público.
La primera razón es sobre la importancia que le da a la vida cotidiana en sus crónicas y la manera de narrar los diferentes procesos urbanos sociales en el espacio de la ciudad. Y segundo, considero que varias de sus crónicas son interesantes ejemplos de la reivindicación de la vida cotidiana, urbana, pública, democrática, y que cuestiona a través de sus narraciones a la planeación y muchas de las tendencias mainstream del urbanismo contemporáneo, al acercarse, de manera extraordinaria al entramado social vinculado al espacio urbano, social, y público, que se desarrolla de manera peculiar y muchas veces disociados de la ciudad modernizada, homogénea, segregada, y planeada en base a la idea del desarrollo económico, el orden y el progreso.
Uno de los aspectos principales de discusión en los estudios urbanos se da alrededor de preguntas sobre cómo se forma y cómo describir las ciudades, y su relación con el orden social. ¿Dónde y cuándo se inicia el urbanismo y el estudio de las ciudades? ¿Qué organización social dio lugar a tal o cuál ciudad o asentamiento? ¿Cuáles han sido sus transformaciones a través del tiempo? ¿Qué le da tal o cual forma y características? Para ello se ha recurrido a los diversos estudios que exploran los procesos de formación urbana, la morfología y la historia de la ciudad; y que se refleja en muchas de las descripciones e imágenes que se han escrito sobre las ciudades. Sin embargo, a la par de dichas explicaciones y referencias de la ciudad y sus aspectos históricos y temporales encontramos otras preguntas y otros enunciados y perspectivas, que otros urbanistas, literatos, sociólogos, etc. se han planteado a partir de las transformaciones sociales, culturales y políticas de las ciudades y el impacto que han tenido en la condición humana contemporánea: como son el interés por el espacio urbano cotidiano como elemento importante de explicación de los procesos urbanos y sus habitantes.
Por ejemplo, se dice que las ciudades surgen por razones de defensa, de contención, con fines económicos de comercio y de intercambio, producto de los flujos financieros, como centros de la cultura urbana que se han modificado en los momentos pre-industriales, industriales, y post-industriales de la ciudad, pero queremos enfatizar en contraste con esto que sobre todo se trata de lugares y de su producción social y política constante. Y la crónica urbana es la que más se acerca a dicho contraste. ¿Cómo el espacio de la ciudad se produce? Tim Hall (2006) menciona que es “a través de combinaciones particulares de carisma y contexto”: pero urbanistas, planeadores y políticos quizás les den forma a las ciudades, pero no en absoluta libertad, también existen procesos socio-políticos constantes que le dan forma al paisaje urbano.
A la par de ideas predominantes en el espacio, las imágenes descritas de edificios iconográficos como evidencias de poder, los símbolos de la autoridad estatal o de los flujos financieros internacionales o la celebración de formas de producción y consumo. Otro aspecto recurrente de los estudios urbanos tradicionales es ¿Cómo se organizan las ciudades y cuál es su orden? El diseño de la ciudad moderna de la postguerra se ha conformado de manera muy ambivalente, y donde la ciudad y su afán por el orden genera todos sus contrarios como: el desorden, la falta de libertad, la desigualdad y el deterioro de lo público.
Sobre esto, el cronista y escritor Carlos Monsiváis (2012) escribe en Los Rituales del Caos sobre la calle y la vida cotidiana:
“En el terreno visual, la Ciudad de México es, sobre todo, la demasiada gente”. “En la calle, deslumbra y aturde el desfile (el laberinto) de los oficios viejos y nuevos: músicos ambulantes que son – lo insólito (…) mujeres granaderas con su metralla que feminizan a la fuerza pública, niños trapecistas en el salto mortal de una luz roja a una luz verde, barrenderos, jóvenes que se acercan a las cajas automáticas en actitud de exclamar: Ábrete Sésamo, policías a modo de paisaje de la segura intranquilidad, niños que inhalan cemento (la autodestrucción como desinformación), tragafuegos, mimos, boleros, la pedagogía de la violencia que se inicia con la crueldad a los animales (…) la calle, el espectáculo que compite, gloriosamente y en vano, contra la televisión”
Habla del fin de la ciudad mítica, para dar paso a la ciudad moderna y racional, y se une a los escritores de la crítica a la modernidad urbana. Escribe en su libro (Monsiváis, 2004) sobre Salvador Novo:
“imposible repetir como Villaurrutia: ‘se diría que las calles fluyen dulcemente en la noche’. En su metamorfosis, la ciudad que fue clásica y que fue típica negaba con asepsia represiva cualquier democratización y pretendía uniformarlo todo de acuerdo con las ambiciones de una clase media que convierte Suburbia y Perisur en utopías matrices”.
Monsiváis escribe, pienso, como una demanda o una protesta, por una reivindicación de la ciudad, sus habitantes y lo público. Parte de sus escritos responden al dolor existencial de una crisis agónica de la vida cotidiana en la ciudad, y el intento de reivindicar el espacio público también frente a su crisis y crear una vida urbana alternativa menos degradada, más significativa y dichosa, aunque conflictiva y fragmentada, “abierta al futuro y a los encuentros, y a la búsqueda perpetua de la novedad incogniscible” (Lefebvre en Harvey, 2013:5), como es la realidad de la ciudad de los palacios.
Habla del fin de la ciudad mítica, para dar paso a la ciudad moderna y racional, y se une a los escritores de la crítica a la modernidad urbana. Escribe en su libro (Monsiváis, 2004) sobre Salvador Novo:
“imposible repetir como Villaurrutia: ‘se diría que las calles fluyen dulcemente en la noche’. En su metamorfosis, la ciudad que fue clásica y que fue típica negaba con asepsia represiva cualquier democratización y pretendía uniformarlo todo de acuerdo con las ambiciones de una clase media que convierte Suburbia y Perisur en utopías matrices”.
Monsiváis escribe, pienso, como una demanda o una protesta, por una reivindicación de la ciudad, sus habitantes y lo público. Parte de sus escritos responden al dolor existencial de una crisis agónica de la vida cotidiana en la ciudad, y el intento de reivindicar el espacio público también frente a su crisis y crear una vida urbana alternativa menos degradada, más significativa y dichosa, aunque conflictiva y fragmentada, “abierta al futuro y a los encuentros, y a la búsqueda perpetua de la novedad incogniscible” (Lefebvre en Harvey, 2013:5), como es la realidad de la ciudad de los palacios.
Referencias:
Hall, Tim (2006) Urban Geography, UK: Routledge.
Harvey, David (2013) Ciudades rebeldes, Madrid: Akal.
Monsiváis, Carlos (2012) Los rituales del caos, México: Era.
[1] Profesora-investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo, Colegio de Sonora-Conacyt.