Infancia y consecuencias de la pandemia en la colonia Francisco I. Madero, Ciudad Juárez
diciembre 13, 2023Patricia Ramírez Kuri (coordinadora) (2021) Espacios públicos y ciudadanías en conflicto en la Ciudad de México. México: Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México; & Juan Pablos Editor.
Reseña
Mónica Olmedo[1]
En esta obra colectiva, Patricia Ramírez Kuri nos brinda una valiosa contribución al conocimiento de las ciudades latinoamericanas y los procesos urbanos, ya que realiza un análisis fundamental sobre el espacio público y las transformaciones que ha experimentado en el actual contexto neoliberal. Además de que señala los cambios que ha generado en la construcción de la ciudadanía, los derechos y la vida cotidiana como lugar social y simbólico, de encuentro y relación.
El libro plantea que el espacio público significa espacio vivido de personas, desde sus derechos, y su papel fundamental en la construcción de ciudadanía e identidades. Al mismo tiempo, nos expone la manera en que la trama neoliberal trastoca la noción de espacio público en el que ya no se articula socialmente, no dirime desde lo político-democrático y no se convierte en una forma redistributiva. Esto da lugar a sus contrapartes: la desigualdad, la pobreza, la violencia, la ilegalidad, el despoblamiento, la degradación, la escasez, etc. Efectos sociales del urbanismo neoliberal descritos en los procesos a lo largo del libro. Ramírez Kuri afirma: “la falta de derecho a los derechos colectivos y, en consecuencia, su debilitamiento, ha impulsado el surgimiento de múltiples acciones ciudadanas de resistencia, movilizaciones, conflictos sociales urbanos: patrimoniales, feministas, ambientales, culturales, laborales, de acceso, entre otros” (2021:36), y lleva consigo respuestas y resistencias de múltiples actores. Ante las relaciones entre diferentes agentes de cambio urbano, diferentes grupos denuncian la privatización de bienes públicos, ya sea la tierra, el agua y el aire. Así, la compiladora propone adentrarse a la experiencia urbana para repensar la espacialidad como humana.
Este libro también desarrolla una mirada profunda en particular de la Ciudad de México, y con ello indaga en el conocimiento de las transformaciones en la vida urbana. La obra representa un importante intento de teorizar las dinámicas implicadas en el conflicto, ya que adapta las premisas de la sociología urbana y el estudio del espacio público. Al igual que el estudio necesario de dos paradigmas en pugna sobre la manera de hacer ciudad.
El prólogo de Fernando Carrión, “Ciudad neoliberal”, aclara el significado de la ciudad neoliberal y las características de sus procesos urbanos contemporáneos que han llevado al derrumbe de los pilares básicos de la constitución de las ciudades. Carrión explica la manera en que el neoliberalismo se arraiga tras la crisis de la deuda externa y el desmantelamiento del estado de bienestar en Latinoamérica y cómo sus ciudades se constituyen en lugar operativo de sus procesos y efectos en la llamada glocalización o ciudad neoliberal. Esto dio como resultado una ciudad dirigida por el capital privado corporativo o urbanismo de rentabilidad económica.
Se trata de un libro de interés para todos los que buscan entender la manera en que las personas viven y transforman el espacio, la manera en que participan y demandan sus derechos, desde la vida cotidiana hasta los procesos globales que experimenta la ciudad transnacionalizada. Y dentro de discusión de dos paradigmas, una crítica fundamental y necesaria al urbanismo neoliberal en la apropiación y producción de ciudad desde la idea de ganancia económica.
A través de casos particulares de estudio y distintas miradas, este libro nos lleva por un itinerario de lugares, sus características, problemáticas y nos explica la manera en que podemos incorporar el enfoque espacial a los estudios de la ciudad, “si hablar de espacio es hablar de relaciones sociales, si el espacio es una relación (…) entonces observar lo que ocurre y por qué ocurre, importa para entender a las ciudades del siglo XXI, que enfrentan las crisis provocadas por el urbanismo neoliberal y los efectos socioespaciales y ambientales de esta forma de desarrollo urbano” (Ramírez, 2021:39), y así nos proporciona una creadora forma teórica de observar y analizar el espacio social y público a través de una metodología trasformadora y comprensiva. Los análisis abordan la manera en que la gente configura el espacio público con prácticas, usos y apropiaciones. De esta manera crean una metodología que nos permite mirar el espacio desde la experiencia —como dato— y la descripción profunda —que retoma el enfoque de Lahire (2006)— como el medio para dilucidar lo que ocurre en el espacio social y simbólico.
El libro contiene ocho itinerarios socioespaciales en movimiento. Dichos recorridos colectivos parten del este de la ciudad hacia lugares centrales, con puntos de encuentro. En el primero, Yutzil Cadena escribe sobre las “Trayectorias urbanas del trabajo de mujeres y los conflictos por el espacio público”. Presenta las relaciones socioespaciales vinculadas al alto desempleo, a la precarización del trabajo no asalariado, que lleva a las mujeres a trabajar de manera informal en el espacio público. Así como las relaciones de conflicto y disputa que se dan al trabajar y socializar desde la informalidad. Este capítulo identifica los conflictos por apropiaciones del espacio público y analiza la manera en que dichos lugares “dan cuenta del sentido de colectividad, centralidad urbana, o de seguridad e inseguridad” (Cadena, 2021:63).
El capítulo de la autora María E. Rosas Tapia, titulado “Personas en situación de calle. La Plaza de la Soledad y sus paradojas”, muestra la necesidad de habitar el espacio público de la ciudad como forma de sobrevivencia y opción única posible de vida, problemática que se agrava cada vez más bajo las dinámicas de debilitamiento de la seguridad social y las redes de apoyo colectivo.
El barrio de La Merced, donde se encuentra La Plaza de la Soledad, es un espacio marginal con graves problemas sociales, que se observan tanto en el entorno material como en las interacciones y prácticas sociales surgidas de la precariedad. Rosas Tapia recupera voces, experiencias y significados para realizar un provocador y acuciante llamado de atención con el análisis socioespacial de la plaza, ante el debilitamiento de lo público, donde el Estado se repliega a la atención social de estos grupos de población y exacerba las desigualdades en el contexto de la ciudad neoliberal.
En el mismo tono de revelación, Adrián Orozco, escribe el capítulo, “Urbanismo neoliberal y voces ciudadanas en el EP Del Huerto Roma al Café Trevi, CDMX”, en el que analiza las implicaciones de las políticas urbanas neoliberales en el espacio público y en las formas de habitar de las personas, de participar o de resistirse a cambios radicales al espacio vivido mediante el análisis de las interacciones de diferentes actores en torno al espacio del Edificio Trevi en el Centro Histórico a las colonias Hipódromo Condesa y la Roma Sur. Entendiendo los procesos de intervenciones o rehabilitaciones urbanas que privilegian a ciertos actores sobre otros por razones económicas, o lo que el autor refiere como “neourbanismo” que da prioridad a la economía del mercado y a la competitividad por encima del bienestar de las personas.
El autor describe los conflictos por la calle y la vivienda que tienen de trasfondo una constante desprotección ciudadana y la negación de derechos a través de procesos de desplazamientos, exclusión y desalojos de acuerdo con grados de vulnerabilidad económica y social. Lo cual ejemplifica con los esquemas de acumulación por desposesión que arrebatan los lugares a las personas que los habitan para servir a intereses financieros inmobiliarios de especulación.
También aborda los conflictos sobre el patrimonio en riesgo, como el edificio Basurto, ubicado en Avenida México. Y nos muestra las acciones que diferentes actores han hecho para resistir estos procesos, sus características, objetivos y alcances, como en el caso del edificio Trevi. Para el autor “tragedias económicas se suman a tragedias naturales como la sumatoria de acumulación de desventajas socioeconómicas y territoriales de colectivos sociales, en el marco de un Estado que aplica políticas urbanas dominadas por una gobernanza empresarial y de una administración pública burocratizada y no solidaria con los ciudadanos” (Orozco, 2021:206). El análisis exhaustivo de casos realizado por el autor muestra las evidencias de los efectos alrededor de la desregulación, la especulación, la persistencia de la pobreza y el abandono del estado en la defensa de los derechos ciudadanos.
Paulina V. Pulido, en su capítulo: “Arte y espacio público en la ciudad neoliberal. Del Atrio de San Francisco a la Ciudadela”, analiza las prácticas socioculturales en la construcción del espacio público a través del arte urbano público. Fenómeno que encuentra particulares características en los centros históricos, lugares que por sus características y dinámicas son propicios para dichas prácticas. Estos espacios también han experimentado cambios importantes dentro de la transformación neoliberal, ya que muestran formas de sociabilidad desigual y de exclusión, además de que niegan nuevas formas de recreación, apropiación del espacio y acceso a la cultura y prácticas culturales públicas, ciudadanas y colectivas.
La autora se pregunta cuáles son las características de la creación de corredores “culturales” en la ciudad de México y particularmente en el Centro Histórico que derivan de su valor patrimonial y cultural. También pareciera que los corredores culturales no han revertido las condiciones de empobrecimiento y desigualdad en el lugar, por lo que caben otras preguntas: si los mencionados programas únicamente generan una imagen urbana atractiva para ciertos grupos o la turistificación, como el caso de los programas de muralismo ¿Por qué se hacen? ¿Para quién? ¿Y con qué fines? De esta manera, este valioso capítulo nos ayuda a reflexionar sobre la vinculación o ausencia de una política cultural y de qué manera inciden en la marginalidad y el deterioro. Al mismo tiempo, presenta cómo las diferentes plazas son lugares de prácticas culturales espontáneas, como el danzón en la Plaza de la Ciudadela o las intervenciones de arte en la Plaza San Juan y la Alameda Central. La autora concluye que el arte participativo no busca solucionar los problemas urbanos y debe entenderse más como una forma de regresar el carácter lúdico y expresivo a los espacios.
En el capítulo “Espacio público, formas urbanas y modos de habitar la Colonia Portales”, la autora Gloria P. Medina nos devela una realidad que tenemos interiorizada como contraria. El apartado profundiza en la manera en que la ciudad neoliberal, en lo que cita como el “continuo urbano-urbano”, ha exacerbado un proceso de urbanización de la pobreza que ha llevado a la exclusión social de amplios sectores de la población urbana en la ciudad central y afluente, configurando un sistema de centro-periferia, una ciudad caracterizada por asentamientos irregulares en contraste con la llamada ciudad central donde se encuentra su caso de estudio, la colonia Portales. Estos barrios se convierten en “lugares centrales de la política neoliberal” (Medina. 2021:216) a través de procesos de especulación inmobiliaria y de agresivas transformaciones socioespaciales dictadas por el mercado. Este caso ejemplifica la especulación inmobiliaria acelerada, la hiperdensificación, la construcción de edificios cada vez más cerrados a la calle y los procesos de gentrificación y los desplazamientos de grupos de bajos ingresos.
La autora también cuestiona los procesos de gestión o gobernanza que han fallado en preservar los derechos y solo promover la especulación y el desplazamiento expresado en megaproyectos y proyectos de “revitalización” de espacios estratégicos para su apropiación, y los procesos de fragmentación que la autora observa en el espacio construido bunquerizado, rompiendo con la relación entre el espacio privado y el espacio social público y dejando a un lado a lo que se considera como el otro o entender al patrimonio o el entorno como bien común. Al igual que los procesos de sobre densificación y todos sus problemas asociados desde la imagen urbana hasta el abastecimiento de recursos. También se observa el debilitamiento de la identidad local y el sentido de pertenencia al lugar de los habitantes.
De manera similar al apartado anterior, el texto de Varinia Loya, nos habla de la confrontación de dos perspectivas de hacer ciudad, en el capítulo titulado “Movilidad cotidiana y disputas por el espacio público en Paseo de la Reforma”, desgranando las dinámicas de movilidad y violencias cotidianas, entre peatones, ciclistas y automovilistas. Este texto profundiza en las relaciones de conflicto que se dan en un espacio de movilidad muy concurrido y central de la ciudad: la Avenida Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, puesto que este espacio se jacta de su buen orden y adecuadas dinámicas. Sin embargo, la evidencia revela un proceso de conflicto, caótico y de poca calidad de vida para los usuarios no motorizados del espacio. Reflexiona sobre las prácticas cotidianas de movilidad en términos de violencia cotidiana que se observan como tensiones, hostilidades, conflictos e intimidaciones en el espacio público de movilidad y que se vinculan a un entorno construido como una serie de superposiciones de representaciones hegemónicas del diseño urbano-arquitectónico.
Blanca Mónica Garduño, en el capítulo “El bosque de Chapultepec. Espacio público de la capital en tiempos de urbanismo neoliberal”, nos muestra las prácticas y usos sociales en un espacio localizado en una de las alcaldías centrales de la Ciudad de México; masificado y segmentado en un contexto de urbanismo de liberalización de un lugar que tiene una tradición histórica de siglos, con valor patrimonial, importancia ambiental, y que da sentido de identidad a toda la ciudad, al igual que una multiplicidad de usos, prácticas y apropiaciones formales e informales.
Analiza los cambios que se han dado a partir de la implementación del urbanismo neoliberal y los conflictos que esto ha suscitado con el retiro y abandono de un espacio emblemático y muy valioso de la Ciudad de México: El Bosque de Chapultepec. A partir de 1999 el bosque fue objeto de varias políticas urbanas de “rehabilitación” y al mismo tiempo la aceleración de nuevos usos de consumo, sobreponiendo lo privado sobre lo público, desde el repliegue de la acción del Estado y el surgimiento de actores privados en la apropiación de segmentos del lugar. Mientras algunas partes responden a procesos de mercantilización y elitización, otros son abiertamente abandonadas y presentan clara degradación y abandono.
La autora nos hace reflexionar acerca de cuál es la situación del bosque frente a todos estos ires y venires en las últimas décadas; cuál es su importancia vital para la ciudad y por qué es necesario proteger un espacio tan valioso para la ciudad y muy codiciado por diversos sectores de la élite política y económica. La mayoría de los usuarios manifiestan su preocupación por la privatización del espacio público y la restricción paulatina de los accesos, ya sea a través de la creación de fronteras físicas tangibles como rejas y muros, hasta fronteras sociales y simbólicas. Lo cual podemos comparar y relacionar con el siguiente y último capítulo del libro, titulado “La ciudad neoliberal en Santa Fe: El sentido privado del espacio público”, de Patricia Ramírez Kuri, sobre el Parque La Mexicana en el complejo Santa Fe al Oeste de la Ciudad de México, que es concebido con todas las referidas restricciones de acceso y limitación de usos para personas de altos ingresos y cercanos al lugar. El parque La Mexicana es construido con la idea del uso privado sobre el público, gestionado por particulares y como un lugar homogéneo, muy lejos y en radical contraste del carácter colectivo y público que se resiste en el Bosque de Chapultepec. Para Ramírez Kuri, en la ciudad de México existe una microgeografía de la desigualdad, donde concurren diferentes modelos de urbanización que coexisten en el espacio público, en un intercambio de formas sociales y simbólicas, existe una disputa por recursos y bienes públicos, ya sea desde una lógica neoliberal y de megaproyectos urbanísticos, en contraste con una perspectiva colectiva y pública de la ciudad. El caso de Santa Fe es paradigmático, ya que constituye un enclave donde confluye la centralidad mercantilista, la gestión, y la acción privada en detrimento de lo público que es desplazado como el lugar común, abierto y de acceso para diferentes personas, ejemplificado con el contraste del precario espacio del pueblo de Santa Fe de los Altos. Colonias caracterizadas por la escasez de recursos y servicios, consumo popular y trabajo informal, pocas intervenciones estatales. Dando como resultado una abismal desigualdad en la concepción de una ciudad de megaproyectos y la gestión privada de bienes y servicios públicos.
El libro cierra con el Epílogo de Manuel Dammert, “Lo neoliberal en la agenda urbana: Aportes del libro”, que sintetiza el significado del espacio público que se va llenando de contenido durante el libro, como las personas y sus actividades, la experiencia social, a través de una mirada que interactúa con diversas escalas del espacio público, desde los marcos institucionales y políticos de las prácticas y todas las relaciones simbólicas y socioespaciales. Y esboza dentro del marco del libro una pregunta integradora ¿cómo establecer una relación entre experiencia urbana social, espacialmente situada y las construcciones diferenciales de ciudadanía?” (Dammert, 2021:435).
Este libro propone nuevas variables para otras investigaciones y discute nuestro compromiso como analistas de la realidad social y la transformación de las ciudades, que implica problematizar el discurso político y cultural que ha desvalorizado el sentido colectivo de las urbes, reorientando los cambios jurídicos e institucionales en ese tenor. También evidencia cualquier acción en que el espacio público sea modificado como lugar de ciudadanía y de desarrollo urbano por el bien común. Ya que la condición de desmantelamiento de lo público demostrado a lo largo del libro nos obliga a discutir la necesidad de “la reconstrucción de la ciudad actual cruzada por desigualdades y violencias, abriendo la posibilidad de recuperar sus atributos integradores, incluyentes y democráticos a través de cambios en las políticas y acciones urbanas” (Ramírez, 2021: 424). Y nos presenta la lucha conflictiva entre dos paradigmas de hacer ciudad. Así como plantea los cambios y las resistencias ante el debilitamiento del espacio social y público en el contexto de la ciudad neoliberal y mercantilizada sobre los haberes del habitar de las personas en la ciudad.